Los remates hipotecarios comienzan cuando el acreditado deja de pagar su crédito. El banco inicia una cobranza extrajudicial, usando llamadas y visitas domiciliarias, y ofrece soluciones como descuentos en intereses, reestructuración del crédito o la entrega del inmueble para saldar la deuda.
Si después de seis meses no se llega a un acuerdo o el incumplimiento continúa, el banco presenta una demanda para recuperar su dinero, pasando de la cobranza extrajudicial a la vía judicial.
Con base en el Artículo 462 del Código de Procedimientos Civiles de la CDMX, el proceso judicial puede ser ejecutivo, ordinario o especial hipotecario. Este último es el más utilizado, ya que permite adjudicar y recuperar el inmueble de forma más rápida y eficiente.